Jared Leto Chile Revenge

Febrero del 2010 en Cardiff, todo es miserable, frío y gris, qué mejor cura para el blues de la ciudad tranquila que la inyección de un poco de sol de California y la cortesía al estilo de Hollywood de Street Drum Corps y 30 Seconds to Mars. Contrariamente a los rumores deque los street no son una compañía de Majorette de Hounslow, sino más bien grupo de tribus proto-punks que tocan una variedad de instrumentos de percusión improvisados y llegan a ser el perfecto acto de calentamiento, que azotan a la multitud hasta dejarlos en un estado de histeria cuando el vocalista Bobby Alt da saltos fuera del escenario para unirse a los niños en el moshpit. Sin duda van a escuchar más de ellos en el Reino Unido antes de mucho tiempo.




Esta noche todo es sobre la majestad y la epopeya de 30 Seconds To Mars y aunque no decepcionan a los miles que han vuelto a ver a Jared y la banda en vivo. Como se podría esperar de una aclamada estrella de cine Leto es un maestro de teatro y desde el momento en que cae el telón y aparece la banda en un resplandor con su magnético encanto de la luz es inevitable. Sporting Strummer un nuevo estilo Mohawk emociona a la audiencia con su energía implacable, lanzándose sobre el escenario dispuesto a comunicarse con cada persona hasta la última de la audiencia. El barrido majestuosa de la actuación combina la ambición de U2 con los elementos más oscuros de Depeche Mode, con toques incluidos en los principios de la noche frenética "de El Cazador y la visión de pesadilla distópica del futuro single 'Esto es la guerra", que, en un giro surrealista de acontecimientos, va acompañada de una granizada de balas que deja a la multitud rabiosa. La aparición de las bolas parecen partir del lado juguetón de Leto ", como él conduce a la multitud en un coro de" feliz cumpleaños "a un miembro del grupo antes de hacer su deber de rockstar y gritando Hola motherf *** ing Gales - no debe confundirse con Inglaterra, que, por supuesto, envía a los niños en éxtasis y le permite disfrutar de sus fantasías y hacer la pantomima del lado izquierdo al lado derecho. Alguien debería hacer un análisis científico de los resultados de estas cosas, voy a poner mi dinero en el lado derecho ahi está más fuerte.





A mitad del concierto la banda desaparece y el escenario se transforma en un gigante palpitante con masa de niebla roja que demuestra ser tan hipnotizante que nadie nota que Jared Leto ha reaparecido en una de las casillas en la parte trasera de la arena. Es decir, hasta un solo punto lo lleva del brazo dandoles serenatas con versiones acústicas de "Echelon" y "A Modern Myth", que dejan cualquier insinuación de punción persistente de ampulosidad. ¿Alguien tiene alguna petición? que tontamente se pregunta. JUMP! viene la respuesta inevitable. Soy estúpido, pero no tan estúpido sonríe mientras se dirige de regreso a nivel del suelo. Resulta ser otro set-up aunque, como la banda aún no aparece en el escenario pero en la mesa de mezclas, desde donde lleva a cabo un Buda desenfrenado "para María vestido con banderas de Gales. A partir de entonces, simplemente no puede perder con esta gente y el punto culminante de la serie, con los chicos de SCD ametrallamiento a la audiencia con reflectores gigantes además de una magnífica versión de "Stranger in a Strange Land" es nada menos que algo jubiloso, el desfile triunfal de la talla de la que rara vez se ha visto fuera de la Roma imperial. Vinieron, vieron, conquistaron.







Fuente: http://www.themusicfix.co.uk/content/gig-review/9143/30-seconds-to-mars.html
Traducción: Jared Leto Chile